El carácter de Einstein, como el de muchos libres pensadores, se mostraba en primera instancia como tímido y al ser cuestionado sobre temas mundanos o no de tanta relevancia para el, sus respuestas, en muchos casos parecían medidas o maquilladas, dadas para no ofender.
Las iglesias judías y cristianas buscaron reclamarlo como uno de los suyos, pero Einstein nunca se inclinó por ninguna, todo lo contrario, avanzada su vida produjo algunas declaraciones que el causaron el rechazo total de ambas. Algunos inclusive lo vieron como un ingrato hacia el país y la comunidad que lo había salvado de las garras de Hitler y le pidieron que se marchara.
Lo que estas religiones escucharon del científico era precisamente lo que no deseaban escuchar y aunque se tratara de un contribuyente excepcional a la humanidad fueron capaces de darle la espalda y satanizarlo.
La mayoría de los comentarios de Einstein sobre religión fueron sacados de contexto buscando hacer ver que SI creía en la existencia de Dios. Tuvo que escribir:
" Es, por supuesto, una mentira lo que leen sobre mis convicciones religiosas, una mentira que es sistemáticamente repetida. Yo NO creo en un Dios personal y nunca lo he negado, más bien expresado claramente. Si hay algo en mi que pueda llamarse religión es la admiración sin fronteras por la estructura del mundo hasta donde la ciencia ha podido revelarlo. "
Increíble párrafo que no solo revela el elevado nivel de Einstein, también muestra humildad al admirar a la naturaleza y todo lo que conforma nuestro universo, buscando saber cada vez mas de el, reconociendo que aún existe mucho por descubrir y revelar sin tener que recurrir a inventos o fábulas.
Es obvio que las religiones no pueden perdonar tan cruda racionalización. Para ellos Energía no es Masa por la Velocidad de la luz al cuadrado, se trata de un amigo invisible con el que comparten sus miedos y alcanzan conclusiones increíblemente ignorantes.
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