En Aguas Profundas

Deep Water (trailer) es el documental basado en la aventura de 1968 de Donald Crowhurst de navegar alrededor del mundo en un bote solo. Excelente producción, te mantiene pegado a la pantalla y es casi imposible perderse un detalle.

El Sr. Crowhurst se puede decir que fue de los primeros en tratar de acuñar un concepto que hoy en día vemos a diario: Solo es Trampa si te descubren.

Así como en los casos de esteroides en los distintos deportes, en la evasión de impuestos, en el uso de gestores y en la búsqueda de los caminos fáciles bajo cualquier circunstancia, el ser humano parece estar desarrollando la habilidad de justificarse, sobre todo cuando son descubiertos.

Toda esta política caracteriza un comportamiento nocivo para nuestra sociedad y la separa de la realidad. En otras palabras la buena imagen es más importante que la imagen sincera, así sea esa sinceridad utilizada para explicar lo basura que somos.

Ejemplo, si utilizo drogas y me descubren, lo correcto es salir a decir: fue un momento de confusión alguien me dijo que era otra cosa y no lo volveré a hacer. En vez de decir: Si asumo mi error, si es que es un error o afecta a alguien pero lo hice totalmente consciente y si me gustó puede que no piense dejarlo.

Existen muchos ejemplos en instituciones como las religiosas, ellos por lo general culpan al diablo, las políticas, se ríen y hablan de corrupción y en los deportes solo salen en TV echan un par de lagrimitas y listo.

La historia de Crowhurst tuvo varios desenlaces interesantes. No solo el tiempo que tuvo para pensar sobre sus actos, sus peleas internas y conflictos morales que lo llevaron a la demencia y al suicidio. También decimos que fue de los pioneros en la trampa moderna porque a la final no fue capaz de ejecutarla. Su esposa y tres hijos quedaron solos y el prefirió eso a regresar a la vergüenza y bancarrota. No aplaudimos su descabellado intento ni tampoco la opción que tomó pero la historia deja una extraña sensación de valor y honor.

De los 9 participantes solo 1 completó la travesía, Robin Knox-Johnston, el primer hombre en lograr la hazaña, adicionalmente se llevó el premio por realizar la carrera en menos tiempo. Le donó esas 5000 libras esterlinas a la viuda e hijos de Crowhurst.