Una vez más el universo consigue su equilibrio de la forma natural.
Lenny "Nails" Dykstra fue una de esas figuras que te motivaban a ver baseball. El que piense que la pelota no era un deporte de contacto nunca vió a Lenny jugar. Los Mets ganaron la serie mundial en 1986 con aquella famosa jugada donde Bill Buckner, el inicialista de los Medias Rojas cometió la pifia, al irsele un rolling entre las piernas, que le daría continuidad a la maldición de Babe Ruth. Dykstra fue pieza clave en ese equipo, aunque la mayoría siempre lo recordará por sus días posteriores en los Phillies de Philadelphia. A los 13 años, debe ser uno de los primeros recuerdos que tenemos de Baseball de Grandes Ligas: Mookie Wilson anotando la carrera para ganar ese juego.
Era una época de inocencia. Nosotros los fanáticos veíamos el pasatiempo con un aroma juvenil, casi infantil. Pero la realidad era otra o al menos la misma que descubriríamos en los tiempos modernos. Esta gente no estaba ahí para entretenernos, estaba ahí para impactar a la sociedad con todo su esquema corrupto de valores, propios de un grupo de ignorantes que solo nacieron con el talento de correr, atrapar o batear una pelota.
Hagamos un recuento. La nómina de los Mets de Nueva York en 1986 era de $13.600.000, sin comentarios. Entre sus jugadores insignias podemos nombrar a Dwight "Doc" Gooden, Darryl Strawberry y Kevin Mitchell. Este grupito se caracterizó por sus excesos, drogas, alcohol, prostitutas y Mitchell hasta degolló el gato de su novia en un ataque de ira. Todo buen ejemplo para la sociedad.
Dykstra no era muy distinto, su forma brutal de jugar igualaba su comportamiento fuera del terreno de juego. Siempre se llenó la boca diciendo que a el no le importaba saber leer o escribir, que todas esas cosas eran demasiado complicadas y no generaban dinero. El prefería hacer las cosas de la manera sencilla: a punta de golpes.
A su retiro Dykstra había confiado 2 millones de dólares a su corredor de bolsa quien le reportó que sólo quedaban 400 mil disponibles. Ante tal fraude, el retirado y aporreado Lenny no tuvo otra opción que buscar trabajo y hacer empresa.
¡Sorpresa! Lenny resultó un genió en los negocios, hasta el punto de convertirse en multi millonario a pesar de no tener ninguna educación formal, habilidad natural, contactos o socios para los grandes negocios.
En el trailer de su película pueden ver todo lo que logró el señor Dykstra.
Pueden estar pensando que se trata de un cuento de hadas. El mundo según Lenny. Como dice en su película: "La gente piensa que si uno hace 10 millones de dólares eso es mucho... tienes que pagarle a tu agente, pagar impuestos, te compras una casa bonita, ayudas a la familia y ¿Qué te queda?... solo tu pene en la mano".
Dykstra es un fraude. Así como el uso de esteroides en sus días como jugador y todas estas "empresas" luego del retiro de MLB, Lenny Dykstra ha tomado todos los elementos negativos que la sociedad aplaude y les ha dado forma para obtener ganancias millonarias. Un gurú financiero sin conocimientos de matemáticas, un gerente sin habilidades de manejo de personal y dinero, eso si sería un verdadero cuento de hadas. No había que esperar mucho para darse cuenta que todo explotaría.
La bancarrota de Lenny Dykstra es sólo una prueba que no existe camino corto para lograr las metas. También se debe resaltar que lograr las metas de esta forma es sólo aplaudir la explotación del hombre por el hombre como hacemos a diario y esto resulta el elemento más degradante en la cultura occidental. El dinero lo puede todo, compra admiración hasta de las personas mas vulgares como Lenny Dykstra.
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